¿Karma o destino?


Los humanos somos caprichosos e indisciplinados. Pero ya sabemos que el karma es algo ineludible y que siempre está de manifiesto en el mundo que vivimos sin importar nuestros gustos o voluntad. 

Nuestro destino es una sucesión de hechos y factores conscientes y subconscientes que se combinan para formar eso que llamamos destino, que no es otra cosa que nuestro karma ancestral. El maestro Dogen dice: “las personas se vuelven malas o buenas según las circunstancias”. La mayoría de la gente no puede ver con claridad lo que sucede a su alrededor y cae bajo la influencia determinante de las circunstancias que lo llevan a tomar a veces decisiones muy equivocadas. 

Así vemos que lo que en un momento de la vida es inconcebible o irrealizable, cuando pasa el tiempo y las circunstancias cambian, eso se hace presente contra toda previsión.

El maestro Bodhidharma nos dice: “si alguien no entiende la realidad, él dependerá de ella. Pero si la comprende, la realidad dependerá de él”. Esto es más que claro para un practicante de zen con algún grado de experiencia. Zazen es difícil y la postura se hace muchas veces, muy incómoda. La mente divaga y se distrae. Pero con el tiempo esto pasa dando lugar a otra realidad. Las molestias pasan, el dolor se va y la mente se aquieta.
Esto es siempre así. Todos pensamos que es imposible pero si practicamos con constancia, logramos superar los obstáculos del cuerpo y el ego. Toda nuestra labor es aprender a no tener preferencias. Si alguien practica de esa forma puede llegar a realizar la vía por completo. 

Todo el dharma budista se basa en salir de la mente dividida en los extremos antagónicos del bien y el mal. Así mismo, si un practicante busca buenos amigos de dharma, buenos practicantes con los cuales conversar y aprender, de seguro creará buenas circunstancias en su día a día reforzando su práctica y desarrollando su potencial de buda viviente.
Si alguien despierta a la compasión y vive sin prejuicios, podrá sin dudas alcanzar la vía y completarla. En nuestra mano está rodearnos de buenas circunstancias y gente sabia y compasiva. De esa manera sus características se añadirán a las nuestras de la misma forma en que la humedad se impregna en la ropa de alguien que camina en la niebla espesa, poco a poco y de forma subconsciente. No existe progreso o motivo en la mente de un buda.


Budha no es bueno ni malo. No es ni haragán ni trabajador. Budha no es nada ni hace nada. No conoce lo propio o lo ajeno. Su naturaleza está desprovista de dualidad y clasificación. ¿Por qué debería tener un deber que cumplir?. No hay mejor circunstancia que el desapego. Cuando no hay logro que alcanzar, la vida entera se vuelve nirvana. Cada acto simple y sencillo que hacemos, se vuelve la actividad de budas y patriarcas. Así el simple hecho de ser en este mismo momento y lugar, es la vivencia al ser verdadero.


Alcanzar la vía es liberarse de toda inquietud o preocupación por el destino del yo y consagrarse a la práctica para el bien y la salvación de todos los seres sin importar su condición. Este es el desapego verdadero y la mejor forma de generar buenas circunstancias en nuestra vida. El Zen es simplificar nuestras vidas, es hacerlas profundamente serenas y directas. cultiven la pobreza no solo del mundo sino de la mente y el corazón.


 Un corazón pobre de emociones , malos sentimientos hacia sí mismo o hacia otros, y libre de juicios, está vacío de contenido y por ello, es capaz de albergar a todos los seres que existen, este es el corazón de todos los Budas infinitos y la mejor manera de cultivar buenas circunstancias que favorezcan la práctica y el logro de la serenidad de espíritu. Cada vez que se sientan en zazen todos los demonios que los atormentan son derrotados. 

Su karma se detiene, todas sus faltas les son perdonadas. Yacer en la postura auroral de loto o medio loto sin el menor sentido de yo individual, con el cuerpo y la mente unidos inseparablemente, es el estado de espíritu más allá del sufrimiento nacido de la creencia en el alma individual.Sentarse, barrer el patio y comer arroz, ¿Qué hay de místico en esto?. 

El camino está justo a nuestros pies, la verdad está justo frente a nuestros ojos desde siempre, ¿Qué podría estar oculto o revelado?. Cuando se sientan en zazen todas las generaciones que vivieron antes que ustedes reciben la bendición de sus méritos, el fuego del infierno se apaga y todos los seres son liberados. ¿Qué otra razón necesitan para sentarse?.

Maestro zen Mumon Savoy roshi




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