El ego, el poder y el mal

 


Hablar del ego es hablar del poder, y hablar del poder es hablar del mal. Para los practicantes del dharma el ego y el mal son lo mismo. Mientras que el poder es el instrumento por el cual el ego se impone a los demás en su estúpido sueño de ser el dueño del mundo. 

 La historia nos enseña que nadie en el mundo ha logrado conquistar el poder usando la sabiduría y mucho menos aún, la justicia. Todos los poderosos de la historia fueron malignos. 

No es necesario ser muy sabio para ver esto. Pero, ¿por qué es que nadie en la historia ha podido usar el poder de forma sabia y benevolente?. Bien la razón es que el mal y el poder son una misma cosa así como el yo y el mal son básicamente lo mismo. Estas tres formas de ignorancia llamadas poder, ego y maldad carecen de realidad y solo generan sufrimiento y karma a todos los seres. Las guerras son un negocio muy lucrativo para algunos poderosos que las provocan sin importar el costo humano. 

La enfermedad de muchos, redunda en grandes ganancias para otros que ocultan información valiosa para sacar ganancia del dolor y la miseria de millones. Como vemos, el bien no genera ni la riqueza ni el placer ni nada, mientras que el mal es la fuente de la riqueza ilimitada de un grupo de individuos en este planeta. ¿Cómo podríamos confiar en el poder para resolver nuestra vida?. Los sabios no buscan el poder porque reconocen que el poder es la maldad y por eso se apartan de él

 

 

El buda mismo, siendo un rey con miles de súbditos, percibió esta realidad y abandonó su reino con todos sus lujos y placeres para vagar sin hogar transmitiendo el dharma para el bien y la liberación de todos los seres. Ahora bien, ¿Qué debemos hacer entonces para seguir el camino?. La vía media es el camino seguro para todos aquellos que desean seguir el doctrina y práctica del zen. Zazen es la práctica de la vida media. 

Ser demasiado pobre genera sufrimiento y ser demasiado rico provoca sufrimiento a una escala aún mayor. Debemos mantenernos con lo necesario, sin extremar en ninguno de los aspectos de la vida. Los Budas no son ni buenos ni malos ni sabios ni ignorantes. No actúan ni dejan de actuar. Los Budas no hacen nada en absoluto. Nadie se despierta a la consciencia original por ser un gran trabajador o un hombre instruido sino más bien, por la práctica austera y constante de todos los dharmas. 

Por la práctica continua de zazen, sin que lo percibamos nuestro espíritu se está transformando, adquiriendo una capacidad superior de compasión y bondad. Zazen es abandonar el poder y la maldad que supone el dominio de los demás mediante el dinero y las influencias. Las cosas solo son buenas para el mundo cuando hemos renunciado a ellas. Si alguien no pudiera dejar estas actividades de poder y grandeza, estaría definitivamente alejado del dharma sin posibilidad de liberación ni en esta vida ni en las siguientes. Ténganlo en cuenta a la hora de practicar con compromiso e intensidad.

 

 Maestro zen Mumon Savoy

 


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