Vivir enojados
Vivir enojado con el mundo no tiene ningún sentido. No es ni siquiera un buen negocio en este mundo y mucho menos a futuro. Pero aun así hay mucha gente enojada ardiendo en el fuego de la infelicidad por causa de esta emoción perniciosa.
Ahora bien, para poner fin a las conductas negativas lo primero es reflexionar, luego regular esas actividades mentales y finalmente arrojarlas lo más lejos posible de nuestras vidas. Reflexionar es hacer una pausa y detenernos antes de caer en esas conductas y pensar firmemente en las consecuencias de esas acciones y pensamientos.
Regular significa que al principio, si no nos es posible renunciar a ellas, podríamos regularlas para limitar su actividad destructiva. El estudio de los sutras, escuchar las enseñanzas de los maestros y cantar los sutras budistas serían todas formas de regulación mental.
Finalmente viene el renunciamiento. Esto llega cuando estamos en un estado de cansancio tal que ya no podemos sostener más esas emociones y entonces las soltamos.
Cansados de pelear, cansados de sufrir, cansados de tener la razón, cansados de ganar discusiones, cansados de vivir para sostener verdades que no podemos confirmar. Ese cansancio sumado a la práctica hace posible lo imposible.
Maestro zen Mumon Savoy
Comentarios
Publicar un comentario