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Poner luz en nuestras vidas

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  P. ¿Qué significa poner luz en nuestra vida? R. la mayoría de la gente está en completa oscuridad aun cuando viven inmersos en la luz. Presos de la ansiedad, el miedo y la codicia. No tienen idea de quienes son o para que están vivos. Pero a través de la práctica del zen pueden poner luz a sus vidas y andar el camino recto de una forma simple y directa. Todo lo que necesitan ya está con ellos desde el principio mismo. Es solo por ignorancia que se ven envueltos en sufrimientos de toda clase.  Por la práctica del zazen con la guía de un maestro esclarecido, todas estas dificultades nacidas del ego humano desaparecen. Todo es una invención de la mente. Las necesidades reales son sustituidas por las ficticias, y el propósito verdadero de la vida es reemplazado por el modelo de progreso personal, individual, del yo y “lo mío”.  Pero al final de cuentas, esto no hace felices a las personas. Todavía les espera la enfermedad, la vejez y la muerte. La práctica del zen viene a restaurar esa r

Mira tu mente, examina tu consciencia

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  “Cuando la rana salta al estanque la luna parece partirse en pedazos, pero poco después ella aparece nuevamente brillante e inconmovible sobre en la superficie del estanque”     Practicar el dharma de Buda es observar la mente. Observando la mente estaremos viendo la fuente de nuestra consciencia. Cuando veamos la fuente de nuestra consciencia veremos nuestras acciones y sus consecuencias.  Si realmente queremos alcanzar el camino de budas y patriarcas tenemos que, si o si, mirar nuestra mente. El maestro Bodhidharma decía: “quien quiera ver al Buda debe mirar primero su mente”. Para un practicante es importante examinar sus acciones, pensamientos y discurso. Nuestra vida bien podría estar yendo por un camino erróneo y si no observamos la mente jamás podríamos corregirla.  Somos el resultado de nuestras acciones pero, más aún, de nuestros pensamientos. De la misma manera que cada pincelada del artista da forma a su obra, cada cosa que cruza nuestra mente, cada intención que tenemos,

El camino medio

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  Liberarse de la necesidad de ganar  La idea de la ganancia es un sentimiento pernicioso para un practicante serio. No existe nada que pueda poseerse, ni ganarse.  Debemos abandonar esas ideas locas de conquistar la riqueza y moderar nuestras aspiraciones a lo necesario para mantener nuestra vida en orden y salud.  Todo lo que esté por encima de esto es codicia, uno de los tres venenos. Debemos alejarnos de los extremos de la riqueza y la pobreza. El camino medio es el camino seguro para un practicante del zen.       Liberarse de la necesidad de tener la razón en todo Le concedemos demasiado valor a ganar las discusiones cuando ellas no tienen ninguna utilidad ni valor real. Un practicante debe situarse por encima de sus impulsos y reflexionar: ¿de qué me sirve discutir?. ¿A quién le importa si gano o pierdo?. En cien años, ¿Quién recordará esta discusión?. Nadie. Por estas tres reflexiones podremos liberarnos de este hábito pernicioso e inútil.   Ven. maestro Mumon     

Ni dioses, ni demonios

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  No se requiere de dioses ni demonios para interceder por nosotros. Por el contrario, solo necesitamos este cuerpo y mente que ya tenemos para hacer el viaje y completarlo.    Para adquirir nuestros bienes necesitamos tiempo y dinero pero, para dejarlos no necesitamos nada.  Sin embargo, nunca tenemos tiempo, siempre algo está primero, en todo momento hay una prioridad que decidimos atender primero . Y así pasan nuestros días y años hasta que un día cualquiera nos llega la hora de irnos .  Pero, ¿dónde quedaron esas prioridades?, ¿dónde está todo ese tiempo y todos los objetos de nuestra atención?. Se esfumaron. Nuestra existencia es puro humo, como una vela que se consume y finalmente se apaga para siempre.   Pero para nuestra fortuna y la de todos los seres, los Budas y Bodhisattvas están aquí para ayudarnos, pero no para salvarnos o hacer el trabajo por nosotros. Es razonable entonces pensar que para hacer ese trabajo necesitamos de algo tan escaso como esencial: tiempo .  Neces

Las etapas y obstáculos en la práctica

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  En el camino de la observación de la mente podemos encontrar muchos obstáculos provenientes del medio social o familiar. Pero son sin duda los procesos internos los que más nos afectan. La constitución de nuestro yo hace que no podamos conectarnos con nuestra naturaleza original y este yo se las ingenia para desviarnos del camino usando infinitas formas de distracción .   El yo es algo vivo y por lo tanto quiere perpetuarse en el tiempo y continuar sus actividades según lo planeado. Muy posiblemente todos comenzamos nuestra aproximación al zen por motivos personales tales como la salud, la reducción del estrés, o por problemas psicológicos.  En esa etapa de la práctica el ego gobierna nuestras acciones y nos impulsa a practicar con la esperanza de obtener algo a cambio, un beneficio o recompensa a futuro. Siempre está ansioso por cuando llegaran los resultados y por cuál será su ganancia en todo lo que está haciendo.  Hay quienes promueven el zazen como método para optimizar la

Ofrendas al mundo

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  Muchas veces nos preguntamos, ¿qué podríamos hacer para ayudar al mundo y aliviar el sufrimiento?. El camino de buda no es para cambiar al mundo sino para cambiarnos a nosotros mismos.    Aquellos de buen corazón que se alegran con el bien y la liberación de todos, viven ofrendando al mundo sus méritos no solo para el bien propio sino para la liberación de todos los seres de los tres mundos.  Pero nada de esto lo hace de forma intencional, un bodhisattva no se siente el autor de sus acciones por grandes y maravillosas que estas fueran.    Esta es la forma del mahayana que es, según el sexto patriarca, otro nombre para el zen. Decir zen es entonces, lo mismo que decir mahayana. La buena noticia es que todas las prácticas pueden ser hechas justo donde estamos en este momento .   No se necesita nada especial más allá de un espacio propicio y la ocasión de realizar alguna tarea cotidiana como barrer y cocinar sumada a una gran cuota de atención. Ese es nuestro momento de ofrendar nue

El ego, el poder y el mal

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  Hablar del ego es hablar del poder, y hablar del poder es hablar del mal. Para los practicantes del dharma el ego y el mal son lo mismo. Mientras que el poder es el instrumento por el cual el ego se impone a los demás en su estúpido sueño de ser el dueño del mundo.    La historia nos enseña que nadie en el mundo ha logrado conquistar el poder usando la sabiduría y mucho menos aún, la justicia. Todos los poderosos de la historia fueron malignos.  No es necesario ser muy sabio para ver esto. Pero, ¿por qué es que nadie en la historia ha podido usar el poder de forma sabia y benevolente?. Bien la razón es que el mal y el poder son una misma cosa así como el yo y el mal son básicamente lo mismo . Estas tres formas de ignorancia llamadas poder, ego y maldad carecen de realidad y solo generan sufrimiento y karma a todos los seres. Las guerras son un negocio muy lucrativo para algunos poderosos que las provocan sin importar el costo humano.  La enfermedad de muchos, redunda en grandes gan